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“RESILIENCIA, El trascender de la experiencia · Estrategias psicosociales para la potenciación individuo – comunidad”
las necesidades humanas básicas como la supervivencia, el bienestar, la identidad o la liber-
tad. En el caso mexicano, la existencia de la violencia estructural evoca la lucha de clases y
la pugna entre los indígenas y los no indígenas. A su vez, la polarización política en el país y
las diferencias de clases, así como entre grupos étnicos son el reflejo de la aguda crisis eco-
nómica y de los problemas políticos que se viven al interior del Estado-nación. Asimismo, la
influencia de los cambios económicos externos obliga a ajustar las economías nacionales del
sistema-mundo. Ello da pie a guerras donde los grupos hegemónicos persiguen la obtención
del control y el monopolio de las economías nacionales del sistema-mundo. En respuesta, sur-
gen grupos que resisten a dicha expansión, como los pueblos originarios.
Sobre la dinámica del sistema-mundo
En el sistema-mundo existe una amenaza permanente de las políticas neoliberales hacia los
pueblos originarios. Su interés es aniquilarles al promover un proyecto sociocultural y políti-
co homogeneizador, que va en detrimento de su identidad, sentido del nosotros y de su vida
misma. A pesar de que el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se
pronuncia ante el etnocidio, la lógica del proyecto neoliberal va a contracorriente al impulsar
políticas económicas que buscan acabar con la existencia de los pueblos originarios, al im-
plantar modelos de desarrollo que no incluyen sus deseos ni aspiraciones. A ello se suma el
deseo de privatizar sus tierras ejidales y comunales, favoreciendo el comercio de libre merca-
do y la creación de leyes a favor del cambio en el uso y tenencia del suelo. Es evidente el favo-
recimiento de los intereses de las transnacionales sobre los territorios ancestrales, situación
que da cabida a la instrumentación del proyecto macroeconómico y de desarrollo urbano o
rural que les afecta.
Como consecuencia de la problemática esbozada, los pueblos originarios son despojados de
su tierra y territorio; sufren el profundo deterioro de sus ecosistemas y mantos acuíferos;
padecen dificultades para el tránsito vehicular y peatonal; son afectados en su calidad de
microempresarios por el favorecimiento de los oligopolios; y viven la fractura de su trama
psicosocial. Como ejemplo, está el caso del pueblo originario de Santa María Tepepan, en Xo-
chimilco, ubicado en la ciudad de México. Éste se ha visto amenazado por la construcción de
la plaza comercial El Arenal, la cual afecta la trama psicosocial y el desarrollo económico de
los pequeños comerciantes; deteriora la infraestructura de las casas aledañas; disminuye el
abastecimiento de agua, y daña su medio ambiente (Salgado, 2 de mayo de 2015). A proyectos
etnocidas como el anterior, se suma la apuesta del neoliberalismo por la disminución de la
inversión pública en los sectores de la educación, la salud y la cultura. Ésta es causa principal
de la marginación de grandes segmentos de la población, en especial de los pueblos origina-
rios. Al respecto, Dussel señala que:
En América latina el neoliberalismo no es eficaz porque, en primer lugar, hay pobres, el
solo hecho de que hay víctimas que no pueden producir su vida; segundo, que no fue lla-
mado simétricamente a los acuerdos del pago de la deuda, hace que el sistema se trans-
forme en perverso, porque justamente existe la víctima. Aquí empieza la crítica ética y
aquí empieza la crítica al neoliberalismo: esta miseria enorme y creciente me dice que
algo está fallando. (1998, p.5)

