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“RESILIENCIA, El trascender de la experiencia · Estrategias psicosociales para la potenciación individuo – comunidad”
Zimmerman (2000), plantea que para que se dé el empowerment se deben contemplar tres nive-
les de análisis mutuamente interdependientes con sus respectivos procesos. El primero es de tipo
individual e implica el aprendizaje de habilidades para la efectiva toma de decisiones, manejo de
recursos y trabajo con los demás. El segundo es de tipo organizativo y deben darse procesos tales
como oportunidades para participar en la toma de decisiones, responsabilidades compartidas y
liderazgo comunitario. Finalmente está el nivel comunitario, el cual requiere procesos como el
acceso a recursos de la comunidad, apertura de estructuras mediadoras y tolerancia a la diversi-
dad. Al estar interconectados, el fortalecimiento en un nivel fortalece los otros dos.
En el mismo sentido, Zimmerman y otros (1992), consideran que son tres sus componentes:
los intrapersonales, los interactivos y los comportamentales. Los primeros hacen referencia a la
manera como las personas piensan o creen que es su capacidad para influir en sistemas políti-
cos y sociales de importancia para ellos. Implica un proceso de autopercepción el cual es deter-
minado por la creencia que tenga la persona del control que ejerce sobre su autoeficacia y su
capacidad. El segundo componente hace referencia a las negociaciones que hacen las personas
con su ambiente y que les dan elementos para intervenir y dominar exitosamente los sistemas
políticos y sociales. Implica entre otros, conocimiento de recursos, conciencia crítica y desarro-
llo de capacidades. Finalmente, los componentes comportamentales referidos a las acciones
específicas que se deben llevar a cabo para tener injerencia sobre el ambiente social y político.
Para Swift y Levin (1987), el fortalecimiento se da en cuatro pasos. Un momento inicial en el
cual se determinan o conocen las carencias de las personas en aspectos diversos de sus vidas.
Seguidamente una etapa de claridad o conciencia del déficit que se tiene. Esta lleva a la movi-
lización del poder requerido, ya sea político, social o económico, para finalmente lograrse los
cambios requeridos.
Kieffer (1982), propuso tres estadios en este proceso. El primero denominado, desarrollo cre-
ciente del sentido de ser-en-relación con- el-mundo. En este, la persona debe sentirse conec-
tada con los demás, nunca como un individuo aislado. En el segundo se logra construir una
comprensión crítica de las fuerzas políticas y sociales que componen nuestro mundo de vida.
Y el tercer estadio, es donde se diseñan las estrategias y recursos de utilidad para el logro de
roles sociopolíticos personales o colectivos.
De esta manera, se evidencia la importancia del fortalecimiento comunitario para la recons-
trucción del tejido social de grupos y comunidades afectadas por las diversas problemáticas
del mundo actual. Los objetivos de Desarrollo sostenible describen las agendas urgentes a
trabajar, las cuales son un reflejo de las tristes condiciones que vivimos los seres humanos.
El “Sentido de comunidad”: reconoce al otro y lo valora
El concepto de “Sentimiento de Comunidad”, fue acuñado por Sarason hace más de 40 años y se
ha ido construyendo con el aporte de diversos autores, entre ellos McMillan y Chavis (1986), quie-
nes lo definen como un sentimiento de pertenencia entre los miembros de un grupo, que hace
que estos consideren que sus necesidades serán satisfechas por pertenecer a éste. Para Pretty et
al. (2006), el sentido de comunidad puede contribuir a que las personas generen mayores niveles

