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“RESILIENCIA, El trascender de la experiencia · Estrategias psicosociales para la potenciación individuo – comunidad”
mayor al daño o daños que recibe en cada periodo de tiempo. Sin embargo, dicha analogía no
procede con las comunidades ya que el hombre no es un ser acabado, sino que se va constru-
yendo históricamente. Así, desde el punto de vista psicológico e historia personal resiliencia
no podría ser recuperación, pero si desde el punto de vista de orden social deseado por las co-
munidades en sus territorios. Al fin y al cabo, los seres humanos tienen memoria, emociones
y procesos relacionales que los diferencian de la naturaleza en conjunto como ecosistema,
es decir, mientras la naturaleza se autorregula, la realidad humana es la autoproducción del
hombre y requiere de procesos de manejo social o de <resiliencia comunitaria>.
En el sentido precedente debe entenderse la resiliencia comunitaria, aunque haya sido el fe-
nómeno de resiliencia individual y no la resiliencia comunitaria el primer fenómeno en atraer
la atención en psicología. De hecho, noción de resiliencia comunitaria es particularmente de
la América Latina, y surgió a finales de los ochenta aplicándose a fenómenos colectivos.
Existen tres grandes tipos de definiciones de resiliencia, aunque algunos autores las combi-
nan. (Uriarte, 2013, p.9). Resiliencia como estabilidad o invulnerabilidad (capacidad para ab-
sorber o asimilar contrariedades); resiliencia como recuperación que pareciera en principio
la más fácil de medir en términos del tiempo que toma volver a estar en un nivel inicial; y
resiliencia como transformación según la cual además de resistir y recuperarse una persona
se puede ver fortalecida tras eventos adversos.
Mientras que la primera corriente de definición implica inmutabilidad las otras pueden variar
“según las circunstancias en las que se encuentre los individuos” (Uriarte, 2013, p12). En el
plano de las comunidades toda vulnerabilidad y resiliencia es específica y local, desarrollada
de forma dinámica, esto es que se crea en un momento especifico y se fortalece o debilita en
una dialéctica personas-contexto (Uriarte, 2010, 2013), (Rutter, 1993), (Menateux, 2014, p. 4).
Es importante en este punto considerar la conexión comunidad-espacio y por tanto la cone-
xión comunidad-territorio. Esto es, la comunidad se configura como un espacio, o mejor se
forma en un espacio común donde vivencian una historia igualmente común, dotándolos de
identidad. Meza (2009) por tanto dotando a los individuos sentido psicológico de la comuni-
dad” (Menanteux, 2014 p. 9).
Basado en (Maguire & Cartwright, 2008) Menanteux plantea tres elementos principales de la
comunidad: a. Un territorio común, b. Características compartidas dentro del grupo, así como
comprensión de sus diferencias internas; y c. relaciones de cooperación. (Menanteux, 2014 p. 9).
Si se considera el territorio , como otros conceptos espaciales este puede depender de la es-
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cala de consideración. En ocasiones el estudio de resiliencias comunitarias podría llegar a
corresponder con un espacio reducido como una vereda o un barrio, pero podría incluso con-
siderarse un país. De tal forma que, aunque fenómenos de resiliencia se den por las propias
fuerzas de recuperación de la comunidad no implica que todos estén siendo afectados por el
8 El Territorio a escalas subnacionales nasce después del razonamiento de Raffestin (1993: 53) en
el que argumenta que el poder se ejerce desde diferentes puntos y no solo desde el ámbito nacional.
Ver en sección del documento “Desarrollo territorial” la definición de territorio de Painter (2010).

